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Meditación de Europa de José Ortega y Gasset

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En 1949, José Ortega y Gasset fue invitado a presentar una ponencia sobre Europa en la Universidad Libre de Berlín. Porque fue precisamente en esta ciudad en ruinas, que simboliza la reciente autodestrucción de Europa, donde le pareció imperativo entregar sus reflexiones sobre el futuro de su civilización. Meditación de Europa es el texto de esta conferencia.


Europa es un espacio geográfico y más particularmente un espacio impregnado por una civilización. Sin embargo, Ortega señala que tras la Segunda Guerra Mundial, esta civilización se ha vuelto problemática. Al menos desde el principio del siglo resuena un diagnóstico pesimista sobre el futuro de Europa, ya sea al pensar en La Decadencia de Occidente de Spengler o en la constatación de Paul Valéry sobre la mortalidad de las civilizaciones. Pero desde el gran cataclismo que se abatió sobre Europa, todos admiten que ha entrado en una fase crepuscular.

No obstante, este crepúsculo no anuncia necesariamente una noche oscura. Por el contrario, Ortega considera que debemos verlo más bien como un crepúsculo matinal. El hecho de que la civilización europea se haya vuelto problemática y que todos sus principios estén hoy en cuestionamiento, no es inevitablemente triste ni lamentable. «Quizás signifique, muy al contrario, que una nueva forma de civilización está germinando en nosotros y, por lo tanto, que bajo las aparentes catástrofes, bajo las angustias, los dolores y las miserias, un nuevo perfil de la existencia humana está naciendo

Detrás de las ruinas se esconde el rejuvenecimiento. Ahora bien, uno de los caracteres radicalmente nuevos que comienzan a manifestarse en la nueva cultura que germina ante él, es la convicción de que la permanencia, lo inmutable, ciertamente no es la realidad de nuestro ser. Redescubriendo la antigua intuición de Heráclito, es la movilidad la que ahora aparece como la sustancia del hombre. Mobilis in mobile, es sobre este trasfondo que Ortega observa que hay que intentar decir algo sobre Europa.

Comete entonces una meditación histórica sobre el alcance y el sentido de Europa a través de los siglos. A su juicio, Europa como sociedad es anterior a la existencia de las naciones europeas. Estas últimas se formaron como núcleos de socialización cada vez más densos dentro de una sociedad europea que les preexistía de manera más amplia. A través de la memoria de la caída del Imperio romano, del Renacimiento carolingio, de la Edad Media, de las cruzadas o de la Ilustración del siglo XVIII, tiende a mostrarnos el horizonte de ese fondo europeo común en el tumulto de los siglos.

En un momento en que la idea europea está sufriendo más que nunca de cierto descrédito, este texto de Ortega nos recuerda que una nación nunca puede estar sola:

«Al concepto estricto de nación, nada vago, pertenece ineluctablemente la pluralidad… Ningún pueblo europeo se habría reconocido a sí mismo como una nación frente, digamos, a los árabes. La diferenciación consciente de estos últimos habría tenido y efectivamente tiene otro significado. Fue la oposición al islam, fundada en la conciencia de pertenecer a Occidente frente a Oriente, donde Occidente significaba entonces, esencialmente, la Cristiandad, pero donde a su vez, la Cristiandad significaba Europa, y tal era el perfil bajo el cual se presentaba entonces la gran sociedad europea.»

El proceso de diferenciación nacional intra-europeo solo tenía sentido dentro de un mismo espacio de usos y tradiciones comunes. Por eso las guerras intra-europeas casi siempre han parecido disputas domésticas («Mi primo Francisco y yo estamos plenamente de acuerdo; ambos queremos Milán», decía Carlos V). La aniquilación del enemigo se evitaba cuidadosamente y cada uno a su manera, tendía al mismo objetivo.

Sin embargo, por primera vez a principios del siglo XX, los diferentes pueblos de Europa intentaron aniquilarse mutuamente. Pero este naufragio puede ser un estímulo para un renacimiento; la negatividad como enseñaba Hegel, puede traer su propia positividad. Al fin y al cabo la historia pertenece a la categoría del cambio.

Con el arte y la sutileza que le conocemos, José Ortega y Gasset nos ofrece en esta conferencia, una visión sorprendentemente profunda y «matutina» del destino de nuestra civilización. Porque Europa existe, de hecho, desde un pasado muy lejano, pero también nos aparece cada vez más como la proyección de nuestro futuro.

 

Antoine Dresse

Texto original: Institut Iliade (https://institut-iliade.com/une-meditation-sur-leurope-de-jose-ortega-y-gasset/)